Fotos por Valentina Palavecino
Nuestra escena musical chilena siempre ha sido un eclecticismo de proyectos artísticos que han sabido resolver su concepto para no competir entre colegas y poder abrir espacios en un país donde la cultura parece perderse entre presupuestos escasos e indiferencia. En este contexto se ha instalado una nueva generación que llega, después de bastante tiempo trabajando en esto, a replantear las carreras musicales tradicionales y enganchar a los grandes sellos que aún sobreviven al streaming y a la vida “indie”.
Este género, que no es nuevo, pero si ha experimentado un ascenso constante y explosivo, evidenció la alta capacidad que tiene en esta cumbre del Trap. El “Urban Trap Fest” prometía mucho; con cinco figuras potentes de la escena y un teatro Caupolicán por llenarse, coqueteaba con la idea de un evento colosal. Resultado: un público fiel, completando hasta el último espacio, coreando cada letra, perreando y entregándose a la ley de existir.
El primero en abrir fuegos y sin dudas la propuesta más completa fue Gianluca, quien a pesar de tocar temprano (20:30 p.m.) fue recibido por un Caupolicán casi completo, que cantó desde la canción más antigua hasta la más nueva, valorando la puesta en escena de este proyecto que incluye una banda en vivo, con batería incluida, las visuales de María José Tapia; que han aparecido de a poco y hoy están complementando varios idearios artísticos de la música chilena, además de un gran equipo trabajando junto a él desde el sello Quemasucabeza. Con esta presentación envolvente y permitiéndonos atravesar nuestras emociones y pensamientos, Gianluca encendió a los espectadores que a esas horas aprovechaban de lucir sus mejores outfits pensados para la jornada en la que los bananos, cortavientos, conjuntos de buzos y lentes de colores fueron protagonistas.
Así vinieron dos shows más, el de Ceaese y el de Drefquila, que aprovecharon de mostrar su sencillo “Dámelo” e hicieron llegar hasta el suelo hasta los asistentes entre perreo y saltos, para luego recibir a Cazzu, cantante que vino desde Argentina a mostrar parte de la escena consolidada que existe tras la cordillera en la que actualmente participan grandes figuras como Duki, Khea y Omar Varela.
Finalmente, para culminar este viaje, la presentación que más se esperaba y de la cual todes estábamos expectantes, curioses por apreciar el crecimiento y maduración del show, luego de haberse presentado por última vez en Lollapalooza a fines de marzo, fue Paloma Mami. Con un cuerpo de baile y una estética diferente, llegó Paloma y sus “barbies” a explotar el teatro con los hits “Not Steady” y “Fingías”, además de presentar su último single “Don’t talk about me” y mostrar por primera vez una versión acústica de “No te enamores”. Un espectáculo que claramente fue preparado con tiempo y ansías de montar algo inusual en Chile, generando nuevo material en visuales y coreografías y dando mucho de que hablar para admirar a este talento reciente.