Guitarrista, tanguero y poeta. Fue también escritor, director de bandas, productor y un eterno enamorado de su esposa, la también folclorista María Esther Zamora.
La madrugada de este sábado se dio a conocer la muerte del músico y compositor José Fuentes Pacheco de 89 años. Pepe Fuentes, como era internacionalmente conocido, mantuvo una carrera artística por más de 70 años y es considerado un impulsor y figura fundamental de la gran familia de la cueca en Chile.
El siglo XX creció con Pepe Fuentes. Nacido en 1931 en Nueva Imperial, Región de La Araucanía. Fuentes comenzó a mediados de la década de 1940 su incursión en la música. Fue en Valparaíso donde entonó su primera cueca a los 15 años y desde entonces dedicó su vida a las tonadas.
Tras integrar los tempranos conjuntos Los Reseros y Los Troveros Porteños, Fuentes terminó por anotarse a corta edad en la historia cuando en 1954 fue parte de la alineación inicial de Fiesta Linda, uno de los más populares grupos de su tiempo, junto a la cantante Carmen Ruiz.
En 1960 se fue de gira a Argentina junto al grupo boliviano Souvenir. Ese viaje, que iba a durar sólo 15 días, lo tuvo fuera por 22 años. Viajó por Europa, vivió en España, Italia y en los Emiratos Árabes. Volvería a Chile recién en 1982 y se presentaría, muchas veces de forma clandestina, en pueblitos, sindicatos y restoranes, desde donde combatió el silencio cultural impuesto por la tiranía de Pinochet.
Con Los Pulentos de La Cueca a mediado de los ‘80 formó escuela, siempre junto a su compañera de formula, la cantante María Esther Zamora, heredera del estilo de la cueca brava, con quien se casó en 1989. La pareja influenció a centenares de artistas y son la piedra angular de la transmisión del estilo a generaciones más jóvenes.
Fue Álvaro Henríquez, luego de escuchar la forma de tocar pandero de Pepe Fuentes, que se obsesionó con la cueca y terminó por traer de vuelta el género de las “cuecas bravas”.
Pepe Fuentes grabó diversos discos solistas desde 1994 a la fecha y en 2014 la entonces presidenta Michelle Bachelet le reconoció con el Premio Nacional de Música.
“A la pinta mía” fue su autobiografía escrita en verso y testimonio. Un repaso personal de sus memorias, sus viajes y el amor por la guitarra. Convertido en genio y figura de nuestra historia musical, Pepe Fuentes deja tras de si un legado imborrable, patrimonio inmaterial de nuestra cultura y nuestra memoria como pueblo.