Inspirada en la historia de Chavela Vargas y bajo la producción de Sebastián Aracena (Mon Laferte), Daniela González presenta el primer adelanto de su próximo EP, “Vida mía”, cuyo videoclip es protagonizado por Kassandra Romanini.
Fotografía por Camilo B. Delpin.
Como un híbrido entre el romanticismo de los boleros y una estética a lo David Bowie en “Life on Mars?”, el videoclip de “Quiero que seas tú” nos propone una nueva dimensión de la artista. Y esto es solamente parte del videoclip, porque la otra mitad la completa la performance de la artista y activista trans Kassandra Romanini. Esto se trata de una revolución personal, ya que aborda una composición, un estilo y una técnica novedosa en su carrera. Destacamos, además, el trabajo de Gowosa, directora, y Matías Caballero, estilista, quienes guiaron la realización del videoclip.
Dulce y Agraz no ha publicado música nueva desde su EP anterior, “La piel” (2020), que abordaba las emociones en su clímax, la identidad y el amor en su máxima libertad, sobre todo uno capaz de trascender el género. De aquí se desprende un poemario y cancionero homónimo, en una inmersión literaria nueva para ella, potente motor de una epifanía: “Descubrí que no era una persona hétero que quería escribirle a un hombre cis”. En este contexto pudimos ver su último videoclip, correspondiente a “Ay Amor”, botánico, íntimo y apastelado, y su colaboración en el sencillo “No guardes tu amor” de Noah Blanco.
— ¿En qué te inspiraste para componer “Quiero que seas tú”?
«Me encontré con este documental de Netflix de Chavela Vargas, yo la conocía pero nunca había indagado tanto en su vida o en su música, y su documental me tocó harto. Encontré que era una mujer muy intensa, también me sentí muy identificada con esa intensidad, me conmovió también que hablara de su vida como lesbiana en esa época, y ella como intérprete conmueve a cualquier persona porque se entrega mucho. Y después de eso empecé a escucharla más y empecé a conectar con los boleros y me inspiró ella. Empecé a sacar sus canciones y a los días después nació “Quiero que seas tú” desde esta idea de la complicidad de los amantes, esto se me vino a la cabeza porque pensaba que los boleros eran súper súper románticos y que ese tipo de romance ya no están de moda, así súper pasional y dominante”.
Pero no queda ahí, sino que también se abren nuevas perspectivas para ahondar en la composición. Desde lo que ella caracteriza como «brujística», le dio una vuelta a la idea de fusionarse con otra persona como una experiencia mística o espiritual. “La fusión te permite habitar el otro con mucha intensidad y definitivamente una experiencia intensa con alguien te cambia. Después de haber vivido un amor uno ya no es el mismo. Me situé nuevamente en este amor pasional y súper romántico desde el ansia de la fusión y el ansia de la pasión y el romance, del furor, de todas estas emociones muy desatadas que nos devienen del amor”.
Simultáneamente, y como algo propio de este estilo, explica que este single remite al deseo sexual y a “la intensidad de querer conocer al otre en profundidad, de querer llegar a los rincones de una persona”, y añade: “Ocurren esos momentos en la vida donde uno tiene hambre de experiencias con otra personas, donde quieres involucrarte con un otro en profundidad”. Daniela es calmada pero enfática al momento de compartir estas ideas, y usa la fuerza a través de su voz pacífica, mientras a lo lejos se escuchan bocinas y motores automovilísticos.
Ella misma reconoce, con risas, que los boleros son algo nuevo en su composición, pero no en su vida, porque se ubican dentro de la cultura popular latinoamericana. “Es un lugar conocido pero nunca habitado desde la composición. Conecté con los boleros cuando vi el documental de la Chavela Vargas y me impactó que una mujer tan intensa se dedicara completamente a cantar canciones tan intensas, me voló la cabeza”. Sin saber bien lo que eran, admite, se lanzó al experimento de escribir uno, pero finalmente fue Sebastián Aracena, su productor, quien tomó ese camino definitivo.
“Fue como una corriente de consciencia”, indica sin timidez, sobre el proceso creativo. Y entre risas, confiesa la candidez que experimentó: “Me daba mucha curiosidad, algo latía dentro de mí escribiendo. Los latinoamericanos tenemos un rinconcito de boleros en nuestro repertorio”.
— A propósito de tomar sonidos del continente que no habías habitado, pero que los conocías ¿cómo te sientes al trabajar con lo latinoamericano en vez de lo chileno?
“Creo que, tal como los chilenos en algún momento de la vida habitamos el folclor -porque lo conocemos de cerca y porque nos late, al menos a mí me pulsa mucho- también está esta veta de nacer en el sur de Latinoamérica y explorar los ritmos alrededor de ti. Son etapas que uno tiene que vivir en la constante renovación, como la exploración de los estilos, sobre todo de composición en mi caso. Siempre intento salir de mis lugares cómodos”.
En la misma batalla contra las costumbres y los estereotipos, Daniela se sorprende y enrojece al enterarse de que hay personas que comparan este nuevo sonido con el trabajo de Mon Laferte. Entre risas y moviendo la cámara rápidamente, exclama: “¡No tenía idea de esa teoría conspiracional!”, y celebra esta comparación. «Lo encuentro bacán, me encantan que se inicien conversaciones sobre la música», y añade aún riéndose «Claro que puede sonar bastante a Mon Laferte, estoy trabajando con su productor”.
— En el videoclip te vemos cantando junto a Kassandra Romanini, ¿cómo llegaron a trabajar juntas?
“Personalmente, me encuentro explorando el mundo de la teatralidad, de hecho hoy día empecé mis clases porque entré a estudiar teatro (risas). Tenía ganas de que el videoclip fuera dramático y se conociera esta etapa que quiero comenzar a vivir. Junto a mi stylist, que es Matías Caballero, hablamos de crear una estética que viene de la Gran Renuncia Masculina, que es cuando los hombres dejaron de vestir llamativamente, para poner toda su vanidad en las mujeres, en sus esposas. Hubo una época en que los hombres igual se pintaban, usaban joyas, usaban guantes, y eran súper vistosos, y luego en la Gran Renuncia Masculina todo eso se transfirió a la mujer. Eran las mujeres las que llevaban la imagen adinerada y ostentosa de su marido”.
Este es el puntapié inicial de la estética de “Quiero que seas tú”, que se enmarca dentro de un imaginario completo y muy tangible. Daniela recuerda sus conversaciones con Caballero, respeto a la presencia del bolero en los bares queer clandestinos, sitios donde todos los días se realizan espectáculos con canciones, y, aunque con un repertorio súper amplio, estos tienen un lugar especial. “De ahí se nos ocurrió poner a la Kassandra haciendo el lipsync de esta canción, que es básicamente lo que hace en su cotidianidad, ella trabaja en eso, tiene más de 30 años de carrera», a lo que argumenta “Sentía que le iba a dar mucho protagonismo y a levantar mucho el video. Quisimos evocar el imaginario del típico bar queer donde te vai a tomar una cerveza viendo un show de lipsync”.
— Cuéntanos lo de estudiar teatro, ¿qué te llevó a tomar esta decisión?
“Estudiar teatro fue una decisión que me tomó mucho tiempo tomar. Me demoré harto en decidirlo, en un principio pensaba que la música era mi gran gran gran amor, y aún lo es, pero me encontré con la poesía, y la palabra seca, la literatura, que siento que me pulsa harto, y después con el movimiento y con la danza. Y después empecé a unir las tres cosas, la música, lo que podría llamarse dramaturgia y el movimiento, las junté y me encontré con el teatro. En verdad me interesan las artes escénicas y ser músico en gran parte es ser artista escénico, entonces sentía que necesitaba estas herramientas, para ser honesta yo me siento más como una música de estudio que una de show en vivo”.
Daniela hace una pausa, desliza la mirada de un lado a otro y se sincera en un par de octavas más abajo: “Me podría pasar toda la tarde componiendo, pero me cuesta mucho más tener que pararme frente al público”. Por supuesto, las condiciones actuales de cuarentena la mantenido a mucho más de dos metros de esa situación, y el concepto de presentarse sobre las tablas supone contraponer este arte a su incomodidad. “Quise adquirir herramientas para desarrollarme bien. Siento que además aprender extiende los límites de la experiencia”, profundiza, y ahí es cuando todo cobra sentido.
— Desde el lanzamiento de “La Piel” has sido muy transparente al desafiar la heteronorma, ¿cómo te sientes compartiendo esta postura personal, política y creativa?
“No sé si hay intención de desafiar la heteronorma, es que no soy parte de eso. No soy una chica hetero, no me siento parte de eso. Lo que sí, he intentado ser transparente con mis amores, con el tipo de amor que yo siento, que es hacia mujeres y disidencias, que es profundamente afectivo, es universal. Como no tengo intención de ocultarlo nunca, no creo que sea algo que nadie debiera ocultar, el amor no se debe ocultar”.
Para el futuro, Daniela nos explica que “Quiero que seas tú” es la primera canción de su EP “Vida mía”, compuesto de cuatro canciones de ritmos latinos. «Se viene una etapa muy fogosa, muy dramática, y muy pasional en Dulce y Agraz«, y luego comparte un último secreto: uno de esos temas es una colaboración con la banda argentina Valdés.