Junto al ministerio de las Culturas y la Universidad Andrés Bello, la casa de María Esther Zamora y el fallecido Pepe Fuentes continuará las actividades como talleres, clases y conciertos.
En la Casa de la Cueca siempre era 18 de septiembre. Eso hasta la llegada de la pandemia, que obligó a cerrar la fiesta permanentemente. Las complicaciones económicas se hicieron sentir al instante, pero se agudizaron con la muerte de Pepe Fuentes en diciembre de 2020. Eso hasta hoy, cuando la UNAB, en conjunto al ministerio de las Culturas, anunciaron su apoyo para el rescate del emblemático semillero de artistas.
Ubicada en el casco histórico del Gran Santiago, en una antigua casona de calle Matta 483, la Casa de la Cueca abría sus puertas todas las semanas de jueves a sábado y el primer domingo de cada mes se transformaba en peña y restaurante con guitarreo, vino y zapateo hasta tarde. Durante más de 30 años, la mesa siempre estuvo llena.
Maria Esther Zamora y Pepe Fuentes, matrimonio emblema de la música nacional, crearon una cantera innumerable de artistas, cultores y le pusieron canto y corazón al baile de miles de parejas. “Aquí más que enseñarte a tocar o a bailar, enseñamos a que te guste la cueca” afirmaba hace unos años el fallecido cantautor.
Para evitar su cierre definitivo, y en una acción de rescate del patrimonio inmaterial que representa la Casa de la Cueca, su historia y sus gestores, el Centro de Extensión Cultural de la Universidad Andrés Bello decidió apoyar y dar continuidad a las actividades en el lugar.
“Quisimos apoyarlos por ser una iniciativa cultural de relevancia nacional y buscamos la alianza con el Ministerio, entidad que inmediatamente estuvo dispuesta a colaborar. Es así como surge este convenio entre las tres instituciones, con el objetivo de que la Casa de la Cueca no desaparezca, por ser un espacio que rescata nuestro baile nacional”, aseguró el rector de la UNAB, Julio Castro.
Consuelo Valdés, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, afirmó también que: “la Casa de la Cueca conserva y resguarda muchas expresiones patrimoniales y se ha convertido en un espacio relevante para agrupaciones cuequeras, artistas, músicos, cultores y para todas las personas que vibran con esta tradición. Pensar en este lugar es también recordar al querido Pepe Fuentes”.
El convenio consiste en realizar, entre otras cosas, actividades culturales en conjunto a las tres instituciones, tales como clases de cueca, encuentros con artistas y músicos nacionales, conciertos y volver a la antigua tradición de peña permanente.
“Es maravilloso, todo lo que puedo decir es poco. Siento una gran emoción de sentirme apoyada y albergada de alguna forma” expresó emocionada Esther Zamora. “Me da valor el hecho de que mi Pepe me esté empujando, que desde el cielo esté bendiciendo esto que vamos a lograr y que la Casa de la Cueca va a estar con la bandera en alto, como siempre hemos querido”, agrega la cantante.
Este tipo de colaboraciones, entre la academia a través de universidades, el Estado y particulares, en rescate del patrimonio inmaterial musical, es poco habitual, pese a las reiteradas recomendaciones de expertos en cultura de aplicar esta fórmula para la conservación y gestión de espacios.
La nueva vida que tomará desde hoy la Casa de la Cueca, es un regalo a la memoria de Pepe Fuentes, uno de los músicos más influyentes de nuestra historia y al trabajo incansable de su esposa, María Esther Zamora.
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