El músico, en colaboración con Martina Lluvias, sincera procesos personales a través de una canción que también sirvió como sanación. “Es uno de los primeros singles del disco y va abriendo paso a otras temáticas sobre mi proceso de transición”, señala.
Noah Blanco empieza el trayecto a su disco debut con el estreno del primer track; Pena Niña, una colaboración junto a Martina Lluvias.
«Es una canción que habla de reconocer la pena que nos queda para crecer, y también, la pena de mi infancia, esa de haber sido una niña para el mundo. Es una forma de reconciliación con el pasado, con no haber podido vivir siendo yo mismo desde la niñez. Esa es mi pena«, cuenta el músico sobre la pieza en la que nos expone el proceso de soltar antiguas creencias de uno mismo.
Como un amuleto para acompañar esta travesía, el single es un viaje al fondo de uno misme que llega con la co-producción de Legatto y Victoria Cordero, sumado a la voz de Martina, con quien el artista tiene un profundo vínculo que hoy se transforma en canción. «Lo bueno de crear con gente que uno ama y confía, es que las posibilidades son infinitas. Yo quería armar una especie de rezo con la letra, una magia blanca que me diera fuerza para este proceso, para enfrentar mis miedos», explica sobre un sencillo que tiene como núcleo a la guitarra de palo, el único instrumento que acompañó a Noah durante la pandemia.
«Este single está inspirado en el reconocimiento. Es uno de los primeros del disco y va abriendo paso a otras temáticas sobre mi proceso de transición. Es el momento en que rescato mi identidad primaria y me deshago de otra que forjé para sobrevivir, ya que no se me permitió ser yo mismo en libertad», adelanta Noah respecto a esta nueva etapa en la que, luego de vivir procesos de introspección, se prepara para florecer junto a su carrera poniendo énfasis en el arte, más que en ser una persona trans.
«Pena Niña» es una excelente primera pista del álbum a estrenarse este 2022. Una placa creada en base a la guitarra y loops electrónicos, pero que contiene saxos y cuerdas. «Un disco que suena diferente a todo lo que he hecho, que tiene mucha relación con las letras y melodías vocales que fui conociendo en pleno tránsito, y que me permitieron descubrir nuevas escalas en las que hoy estoy más cómodo».