Siete años tuvieron que pasar para Angelo Pierattini sacara un nuevo trabajo solista. El último fue el disco “Baila Dios”, sin dudas uno de sus puntos más altos en cuanto a propuesta sonora. Pero eso no significa que haya estado inactivo. Muy por el contrario, la razón por la que haya pasado tanto tiempo es porque estaba muy concentrado en el retorno de Weichafe y en otros proyectos como Cordillera (junto a Carlos Cabezas) y Caladiablo (junto a Walter Contreras).
Si bien sacó diversos singles que conforman este nuevo álbum llamado “Soy un aprendiz”, realmente el rompecabezas se ve mejor armado cuando se escucha de principio a fin. Angelo ha sido un músico que ha experimentado con muchos géneros distintos de la combinación hard rock con rock alternativo que le ha caracterizado en su banda madre, y en esta ocasión, se presenta de una manera mucho más cruda. En este álbum se siente una vibra de cantautor mucho más en la línea del folclor latinoamericano. Y en lo lírico apunta a diversas vivencias bastante dolorosas del compositor, pero también poniendo mucha atención a las manifestaciones sociales de nuestro país.
El disco es bastante breve, media hora en total. Es una movida realmente inteligente, ya que cada canción de este álbum está justificada porque trae algo que las otras canciones no tienen, aunque comparten un universo común. Parte con la canción que da nombre al álbum y de inmediato se aprecia el trabajo del ritmo folclórico del cuatro, guitarras, entre otras cuerdas. Este manifiesto también se decora con la producción electrónica que le da una fuerza y frescura especial, de la mano de Pablo Stipicic.
Esta combinación de lo más acústico con ciertas secuencias es algo que artistas como Diego Lorenzini ha hecho en los últimos años. Y es él justamente el que participa en un muy bello cover de “Carita de Gato”, original de Jorge González. Angelo siempre ha manifestado su gusto por el disco solista de Jorge donde aparece esta canción (“Mi Destino: Confesiones de una estrella del rock”, Sello Alerce). En esta versión se le agregan muchos más ambientes y adiciones de guitarras eléctricas limpias.
Otra invitada es Cancamusa, quien canta en la canción “Luz de noche”, una canción más influenciada por el pop-rock más beatlesco, diría que desde la perspectiva de George Harrison por sobre Lennon o McCartney. Aquí apreciamos los brillantes arreglos de cuerdas como el sonido de un mellotrón. Este uso de arreglos le dan un nivel de detalles en este álbum realmente fascinante. En las canciones “Dulce Amor” y “Vida quiero tus muertes”, están en ritmo de bolero. Y no solamente está la guitarra acústica o los bronces, sino también se sienten sintetizadores y secuencias. Pero no siempre cuenta con tanta grandilocuencia. El tema que cierra el trabajo “Ya la cagué”, también juega con este ritmo de bolero, pero cien por ciento acústico, adicionando acordeones.
Las canciones “Amor por mi condena” y “Subiré a lo alto” muestran el gusto de Angelo por la música más cebolla. El primero en un contexto más mexicano, más Juan Gabrielesco si tuviese que decirlo de una manera y en la segunda se siente mucho más en la línea de una canción melódica chilena, de hecho cuenta con la colaboración de la gran Palmenia Pizarro, destacada cantante nacional de larga trayectoria en este género.
Pero para aquellos que buscan la faceta de Angelo un poco más rockera tienen el tema “Falsa Libertad”, que si bien no destruye el mood del álbum, le da un poco de más intensidad. Esto se debe a que la letra es mucho más furiosa, evocando el estallido social, así como criticando los valores propios del sistema imperante.
El largo silencio discográfico en la carrera solista de Pierattini definitivamente tuvo sus razones. Este disco tiene frescura en lo sonoro, como también una gran honestidad en lo lírico. En cuanto a producción es realmente sobresaliente y si bien se puede relacionar a otros lanzamientos latinoamericanos que rescatan nuestras raíces, le brinda una perspectiva actual muy necesaria. Todo bajo el sello característico del autor en cuanto a su manera de cantar y de componer.