Reseña por Jaime Zúñiga
Este documental de 90 minutos estrenado en 2015 -se encuentra disponible en Ondamedia.cl-. El retrato inicia con la voz en off con acento mexicano de su directora, Marcia Tambutti Allende, nieta de Salvador Allende Gossens (Chicho). En su intervención entrega las razones que la llevaron a grabar y desentrañar la historia familiar. La también bióloga de profesión cuenta con la participación de sus primos (Maya y Alejandro), hermano (Gonzalo), madre (Isabel), tía (Carmen Paz) y su abuela Hortencia “Tencha” Bussi (o simplemente la Memé) para hablar sobre los acontecimientos que ocurrieron en la familia antes, durante y después del golpe de Estado de 1973.
La escena de Tambutti y Memé, conversando en la cama de la anciana de entonces 92 años resulta particularmente poderosa y evocadora de quién está a punto de partir -mientras la realizadora acaricia con dulzura el brazo de su abuela- le pregunta a bocajarro sobre el significado de haber sido “la mujer de Salvador Allende”. Ella responde con voz entrecortada, a veces con monosílabos y otras con la ayuda de oxígeno. Allí radica el valor del relato. Tener un registro audiovisual de quien fuera compañera de Allende mientras transita el otoño de su vida. Y es por esta razón que el documental se detiene y gira alrededor de Hortencia Bussi más allá de lo que el título nos quiere decir. La nieta tiene una genuina actitud curiosa que según en palabras de Alejandro proviene de la experiencia de haber crecido fuera del país. Este ejercicio de memoria no es compartido en un principio por Carmen Paz, porque en un segmento derechamente corta el diálogo entre la nieta y la matriarca.
En ese sentido, Marcia Tambutti se parece más bien a su tía Beatriz “Tati” Allende que a su madre Isabel. Es decir, tiene una mirada desprejuiciada respecto a las incógnitas familiares y temas vedados. No olvidemos que Tati era la única hija que acompañaba a su padre durante las visitas a la casa de la Payita en Cañaveral. “Ella era amiga de los amores de Salvador”, se menciona en el documental.
La novel documentalista logra dilucidar los grandes dolores de Tencha. Aquí, podemos mencionar las fotografías familiares extraviadas pos golpe de Estado y los dramáticos suicidios tanto de Salvador como de Beatriz. En el primer caso la ex primera dama no alcanza a disfrutar de las imágenes rescatadas de su esposo que aparece en diversas situaciones -leyendo con la mano apoyada en el mentón, durmiendo la siesta, navegando, jugando a la peteca vestido con traje de baño o el jocoso sketch filmado por ellos junto a amigos-. La segunda conclusión es deducida por Marcia y Maya. Dado que las primas encuentran una instantánea de Tati y Chicho saludándose de beso en la mejilla. Luego de enmarcarla, envolverla, se la regalan a Tencha, cuando ella la recibe ni siquiera pudo mirar con sus cansados ojos o de plano desistió de examinar el cuadro con la foto. Tambutti, muestra las alegrías y penas de su familia. Es como si nos abriera la puerta de la casa de Guardia Vieja, Tomás Moro o Algarrobo. Incluso, cuando la idea del suicidio todavía merodea al clan Allende.