La banda apuesta por tonalidades frías, reflexivas y oscuras, mostrando un lado nunca expuesto hasta ahora.
Después de un EP tributo a sus grandes influencias, Artificiales publica Teorema, su segundo álbum completo. A lo largo de ocho canciones, el grupo apuesta por las guitarras y ofrece un atractivo viaje a través de diferentes reflexiones sobre la vida.
En este intenso material el cuarteto muestra sus mayores cualidades: la creación de paisajes, entretenidas instrumentales y letras potentes.
“Cuando propuse el nombre Teorema le expliqué a la banda algo que nos hizo click a todos: un teorema es una proposición para afirmar una verdad o tesis y este disco marca el estilo del grupo. Para saber si te va a gustar lo nuestro debes escucharlo. Es como un postulado sobre nuestro sonido”, afirma Álvaro Beltrán, vocalista y guitarrista de Artificiales.
En este álbum nos encontramos con una obra maestra de la música contemporánea. Una de las particularidades más destacadas de este trabajo radica en el rol de la voz principal. Aquí, Álvaro Beltrán e Ignacio Torreblanca se complementan de manera extraordinaria, alternando entre canción y canción con una química musical excepcional.
A medida que nos adentramos en la experiencia sonora de este álbum, nos damos cuenta de que se trata de algo más que simples canciones. Entre potentes riffs de guitarra, pulsantes líneas de bajo y enérgicas baterías, se desarrolla una auténtica conversación musical. Cada canción cuenta una historia, expresando emociones, pensamientos y reflexiones de una manera única.
Sobre el sonido, a diferencia del animado y celebratorio “Fin de semana”, el grupo apuesta por tonalidades frías, reflexivas y oscuras, mostrando un lado nunca expuesto hasta ahora.
La banda explica que estamos frente “a un disco más sensorial, que explora distintas temáticas con sus letras: crisis existenciales (Demás, Todo es relativo) problemas e inseguridad (Frío, Abril), amores intensos (Coral, Zona de Estrellas) o amores que te definen y complementan (Cada parte de ti).
“Teorema” fue grabado por Pablo Giadach y Federico Zepelín en Estudios Lautaro. El arte estuvo a cargo de Ignacio Torreblanca y la portada fue realizada por Jo Manríquez.