Tiare Galaz, más conocida como Niña Tormenta, es una cantante y compositora chilena que comenzó a escribir sus canciones hace más de 10 años. Con una base en el mundo del jazz y el folclor, esta artista logró meterse en la escena nacional con el sonido meloso de su ukelele. Ha grabado múltiples sesiones para medios nacionales, ganó el premio Pulsar en 2018 por su aplaudido disco Loza, y se ha presentado fuera de Chile de la mano de artistas como Diego Lorenzini y el músico noruego Erlend Øye, quien la considera como una de sus cantantes chilenas favoritas.
Quizás no sea una artista que necesite mayores presentaciones, pero a la luz de los hechos era necesario contextualizar. A mediados de octubre, Galaz compartió una profunda reflexión tras suspender un show en Valparaíso debido a la baja venta de entradas.
“Podría decirles que es por motivos de fuerza mayor, pero quiero ser honesta, especialmente con quienes compraron sus entradas y también develar un tema que muchas veces solo hablamos por debajo de las sombras entre amigues que trabajan en la música. La realidad es que se han vendido poquísimas entradas, lo que hace inviable la idea de viajar con banda, que es lo que anunciamos y no nos da tranquilidad de poder cubrir los gastos de producción de la fecha”, dijo.
Luego, agregó: “no es la primera vez que me pasa que una convocatoria se ve difícil de remar, pero esta vez me pilla en medio de mucha carga mental y sin la energía que se necesita para intentar revertir la situación a último momento. Por eso siento que lo más sensato es suspender y agendar para más adelante. A veces hay que tirar la toalla y reconocer que no funcionó no más”.
En plena era de los likes y las millones reproducciones en streaming, es difícil pensar que una artista como Niña Tormenta pueda hacer frente a la nutrida agenda acaparada por nuevos fenómenos musicales que salen a flote todas las semanas. Y esta no es una crítica al género urbano, cuyos representantes se han ganado un espacio en base a una estrategia «digital» que otros artistas se han quedado atrás… y eso no está mal, es parte de la vida.
El problema es cuando este problema transparentado por Tiare es tomado como un hecho noticioso por varios medios de comunicación (T13, Cooperativa y otros), dejando al desnudo el nombre de una artista para ser carne de cañón de la maldad que ronda en las redes sociales, mediante comentarios como «quién te conoce», «artista de cuarta» y «aparecida», y otros más graves que no son necesarios replicarlos.
¿Dónde estuvieron estos medios cuando los encargados de prensa le enviaron el comunicado del evento? ¿Realmente están preocupados por la situación o quisieron hacer un juego sucio para ganar clicks? Ese es el problema.
No todos los artistas en Chile tienen el privilegio de contar con uno o incluso cuatro eventos por día. Dedicarse a la música implica un esfuerzo gigante, muchas veces viviendo de las pocas entradas que alcanzaron a vender o tocando en la calle, en el Metro, en las micros, en eventos privados, en matrimonios, en funerales, en lo que sea. Hay gente que debe complementar un trabajo «de oficina» con la música porque no es suficiente el dinero para llegar a fin de mes. Esa es la realidad y utilizar una tribuna tan importante como un medio de comunicación para exponer a una artista independiente al desollamiento de las redes sociales, es una maldad.
Actualmente, Niña Tormenta se encuentra en medio de ciclo de conciertos en Barcelona, en compañía de artistas nacionales como Diego Lorenzini, Niños del Cerro, Tata Barahona, Chini.png, entre otrxs. Luego volverá al país en Valdivia (18 de noviembre) y luego abrir el show de King of Convenience en el Teatro Caupolicán, programado para el próximo 25 de noviembre. Veamos si eso es noticioso también…