No hace falta hacer grandes estudios para darse que la música creada por artistas chilenos es el último eslabón de prioridades dentro de la programación del Festival de la Canción de Viña del Mar. Qué tiempos aquellos en que el escenario más importante de Latinoamérica era EL espacio de despegue para las carreras de varios músicos nacionales. Tales son los casos de Fernando Ubiergo o el mismísimo Florcita Motuda, que ocuparon esta vitrina para darse a conocer y mantener una carrera hasta el día de hoy.
En la programación confirmada este viernes solo figura un nombre nacional: Camila Gallardo, quien se presentará el jueves 28 de enero junto al gran número anglo de este versión, Backstreet Boys, y el comediante nacional Mauricio Palma, conocido por su personaje Violento Parra. Pero, ¿qué pasaría si Cami no hubiese tenido un año tan exitoso como el 2018? ¿no tendríamos un nombre chileno en el cartel? Hoy las multinacionales o lo que suena en las radios controlan el “festival de los festivales” y le hacen perder su identidad.
En el caso de Camila Gallardo, ella se ha ganado ese espacio. Sea de su gusto o no, desde su aparición en televisión y luego con la publicación de su disco debut “Rosa”, ha tenido un éxito considerable dentro del público joven. El año pasado confirmó ese arrastre con un Movistar Arena con entradas agotadas. Jamás en la historia del recinto una artista tan joven había logrado ese hito, ¿qué nos queda a nosotros por hacer? Aplaudirla y no cuestionar su trayectoria que sí, es breve a comparación de otros artistas, pero es alguien que en el corto tiempo ha tenido hitos que serían importantes recordar. Ahora bien, aquí entra otra disyuntiva, que la misma Camila reclamó hace unas semanas: la comparación. Muchos decían que en lugar de ella debían estar otros artistas chilenos, ¿y por qué no pueden ser todos? Qué lindo sería tener a nombres con largas trayectorias y jóvenes en un festival tan importante.
Camila Gallardo además de ser chilena es mujer, doble responsabilidad, puesto que la representación femenina en eventos como estos es mínima. En esta versión son cuatro mujeres en un universo de 18 artistas. Sin ir más lejos, el año pasado «Cami» fue la única mujer invitada al Festival del Huaso de Olmué y este 2019 ¡no hubo mujeres músicas! a excepción de Lucía Galán, de Pimpinela. Entonces, ¿qué está pasando?
Sin caer en un nacionalismo (a ratos aburrido), pero si hacemos una comparación con su versión del 2018, fue la misma situación: Schuster (o Augusto Schuster) e Illapu fueron los únicos nombres nacionales en la parrilla. Siendo estos últimos los más perjudicados, ya que actuaron pasadas las 2 de la madrugada con un show que merecía verlo todo el mundo. ¿Dónde está el respeto por los artistas con años de carrera? ¿dónde está el espacio para nuevos nombres tan a la altura -musicalmente hablando- de los confirmados actualmente? Es extraño, pero cuando confirman a un nombre nacional es cuestionado, atacado y no recibe el apoyo que debería, independiente si es de tu agrado o no.
En el último tiempo, el artista chileno que se sube a la Quinta Vergara; sube con miedo y con un millón de prejuicios en la espalda. Estas expectativas son las mismas que -me imagino- tienen los organizadores del festival, quienes no han dado el ancho para dar un espacio REAL a la música chilena, desde hace por lo menos cinco años.
Antes existía la “noche chilena” y le iba excelente. La última de ellas fue el año 2013, día en que se vivió una de las mejores jornadas de esa versión: 31 Minutos, Francisca Valenzuela y Jorge González. Cacha ese cartel, tres generaciones de una y que pudieron funcionar a la perfección. Imagínate un festival con un nombre chileno por día ¿Qué lindo suena, no?
Siempre que hablamos de espacio para la música nacional en cualquier ámbito debe ser bajo una normativa. Ojalá esto ocurriera de forma natural sin “Ley del 20%” en las radios ni “Ley de Teloneros” para que artistas chilenos abran los conciertos de shows internacionales, proyecto que esta semana el Senado le dio luz verde. Porque músicos y músicas hay de sobra y es tarea de todos darle el apoyo que se merecen.